Tomás Crespo Rivera (Zamora, 1932) pertenece a ese grupo de artistas locales que han destacado de modo singular en la segunda mitad del siglo XX. Desde su juventud se sintió atraído por los grupos escultóricos de la Semana Santa zamorana y por las obras de los tallistas que trabajaban en la carpintería de su padre Fermín. Entre 1950 y 1952 asistió a la célebre Escuela de Arte de San Ildefonso, situada en el centro histórico de la capital, donde se recibían clases de dibujo, pintura y escultura bajo la dirección del pintor toresano Daniel Bedate Ordóñez y el magisterio de Chema Castilviejo.
Entre 1953 y 1958 completó su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Desde 1962 mantiene establecido su estudio en Zamora. Entre 1983 y 1991 fue profesor de modelado y diseño en la Escuela de Artes y Oficios de la capital, actividad que combinaba con la dirección de una tienda de mobiliario de diseño. Desde el año 2000 está plenamente dedicado a la creación escultórica.
Entre la etapa de figuración de sus inicios y la de la escultura tridimensional abstracta, su trayectoria artística dejó en la década de 1970 su producción más peculiar y reconocida públicamente, encuadrable en la denominada "escultopintura" por el crítico de arte Carlos Antonio Areán. Aquellos cuadros y murales constructivistas confeccionados en madera lacada en blanco, de tendencia postabstracta, tuvieron un éxito notable; de aquella época es la obra "Eclipse" (1972), donada por los niños de la Operación Plus Ultra al Papa Pablo VI.
De su obra religiosa en Zamora cabe destacar la maqueta del paso procesional de la Desnudez (1959); la monumental figura de Cristo Rey (1960), de 360 cm. de altura, labrada en piedra de Colmenar de Oreja, y los ángeles de la portada de la parroquia de su nombre, en colaboración con Luis Quico; el Nacimiento (1962) que obtuvo el premio de Arte Navideño de Galerías Preciados; la Piedad (1962); el Calvario (1964) custodiado en el interior del panteón de la familia Crespo Gómez del cementerio de San Atilano, y el relieve de la Sagrada Familia (1969) de la capilla del Colegio de la Divina Providencia, de las Siervas de San José. También son suyas las vidrieras de la iglesia de San Benito.
La muestra quiere ser un sencillo y merecido homenaje a este hombre discreto y modesto a la par que a este artista cuya valía debe ser reconocida públicamente entre sus paisanos.
De lunes a sábados de 10 h a 14 h y de 17 h a 20 h. Domingos y festivos de 10 h a 14 h. La entrada finaliza quince minutos antes del cierre
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