El Museo de Bellas Artes Gravina (MUBAG) está situado en la ciudad de Alicante (España) dentro del Palacio del Conde de Lumiares, edificio de cuatro plantas construido entre 1748 y 1808 y declarado Monumento Histórico Artístico de carácter local.
El Edificio
El MUBAG emplea como espacio expositivo el principal palacio del siglo XVIII de la ciudad de alicante: El palacio Gravina. La concepción del museo parte de un exhaustivo trabajo de rehabilitación del edificio que fue propiedad del Conde de Lumiares, cuya familia llegó en plena pujanza económica de la ciudad, a mediados del siglo XVIII.
Situado entre la muralla del Postiguet y la escalinata de Santa María, en el casco histórico de Alicante, esta casa de topología palaciega se construyó sobre las ruinas de edificaciones derruidas durante la guerra de Sucesión. Su magnifica fachada, de composición ordenada y austero lenguaje, se construyó con sillería de la cercana Sierra de San Julián.
En el interior las arcadas de la planta baja modulan la diafanidad de un espacio destinado al depósito de mercancías que antaño se comercializaban a través del puerto. La escalera principal, de elegante bóveda de sillería, conforma su distribución espacial entre planta noble y planta de servicio.
El equipo de arquitectura de la Diputación ha trabajado en la rehabilitación de este edificio desde 1998 hasta 2001. Al Palacio Gravina, se le anexionó la edificación colindante, de similar estilo, transformando ambas en un solo espacio, tanto en el exterior como en el interior. También se añadió la planta baja y el sótano de una edificación más moderna, pensando en la ubicación de exposiciones temporales, con posibilidad de entradas por la calle paralela o por la entrada principal del Museo. En la rehabilitación del edificio se ha buscado conjugar conservar el estilo de la Casa Palacio, pero incluyendo las técnicas más avanzadas de museográfica.
EL SIGLO XIX EN EL MUBAG.
Reúne lo más sobresaliente de la pintura alicantina del siglo XIX. La exposición quiere dar a conocer la carrera y los logros de los principales artistas de la provincia, presentes en la colección de Diputación y que contribuyeron a dar fama a la llamada escuela valenciana, hoy referente en la Historia del Arte Español. La muestra se enriquece con piezas que por primera vez se exponen en Alicante.
El resultado final es único y fruto de la colaboración con obras procedentes del Ayuntamiento de Alicante y de las colecciones de museos tan importantes como el Museo Nacional del Prado y el Museo Sorolla, en Madrid y el Museo de Bellas Artes de Valencia. La muestra se compone de más de sesenta obras, ordenadas cronológicamente, que narran las etapas por las que pasaba un pintor de la época: primeros años de Formación, participación en Exposiciones y premios obtenidos en ellas; Plenitud artística y Reconocimiento internacional.
La colección de la Diputación de Alicante cuenta en sus fondos con una amplia representación de los artistas que destacaron a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En1863, la Diputación decidió apoyar la creación artística alicantina mediante la concesión de pensiones, para que los artistas pudieran ampliar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Madrid y, después, en los grandes centros del arte mundial Roma y París. Fue así como se formó el gran núcleo de pintura del XIX que alberga la colección actual, con los ejercicios del examen para obtener la beca y los cuadros y esculturas obligatorias que los artistas enviaban desde el extranjero. Prueba de ellos son las obras de Fernando Cabrera, Pedro Serrano Bossio o Francisco Bushell, entre otros.
De la Pinacoteca Nacional se cuenta con catorce obras, destacan las premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, en las que fueron asiduos participantes los artistas de la provincia como Vicente Poveda, Ricardo Navarrete y Fos o Heliodoro Guillén, con cuadros de historia y realismo social. El tema del retrato y el costumbrismo también están presentes en la exposición con magníficos ejemplos de la producción de Emilio Sala, Antonio Gisbert y Joaquin Agrasot en la plenitud de sus carreras.
La incorporación de la figura de Joaquín Sorolla pone punto y final a una etapa de pintura de estudio, marcada por el academicismo, dando paso a temas pintados al aire libre donde lo importante ya no es el rigor en la representación, sino la transmisión de otros conceptos como la luz y el color. Estos valores de la pintura de Sorolla, serán el referente de los artistas alicantinos a comienzos del siglo XX, como el caso de su discípulo Emilio Varela, cuya obra se puede contemplar en el MUBAG.
en Facebook este centro | compartir en Twitter este centro | Como llegar |
|
|
|