Una colección, "Orígenes" , que recorre la geografía de la pintura y que experimenta con materiales y composiciones, igual que hicieron los primeros que entendieron que trazar unas líneas en la pared con algún compuesto era un buen método para expresarse, para dejar constancia de una forma de estar en el mundo.
SSagar se ha divertido en el viaje porque ha vuelto a la infancia, a ese momento en que no se duda en mezclar materiales para ver el resultado, al punto en que se juega no sólo con los pinceles y con los colores sino con todo lo que se tiene alrededor. Al igual que las de las cuevas, las de SSagar son pinturas simbólicas, que muestran un universo personal que se convierte en universal por sus referencias históricas, que atraen por lo mágico y por esa aparente sencillez que nos dice tanto sin apenas mostrarnos nada, unos trazos fuertes de color.
Los lienzo están tratados sin miramientos, sin miedo. Aceites, alcoholes, agua, pigmentos, polvos de piedra le sirven a la artista para que el espectador entre en sus cuadros como si lo hiciese en las cuevas que ella visitó. Pero no se trata de un acto consciente. No es algo premeditado en la forma de primero construir la cueva sobre el lienzo y luego dibujar las figuras animales o antropomórficas conocidas ya por los libros de historia. Es algo mucho más ancestral, tanto como la necesidad de reinventar lo ya existente, de reconstruir la naturaleza a imagen y semejanza de los propios sentimientos. Las paredes y las rocas de las cuevas y los abrigos ribereños llegan a los lienzos a través de esa experimentación con los materiales, de esas ganas infantiles de construir y destruir. La técnica aplicada desde el arrebato, desde la necesidad de crear un lienzo sobre el lienzo, de lograr reflejar lo que otros hicieron hace siglos. Y para hacerlo, SSagar se convierte en un personaje mágico que ve el cuadro como interlocución con el pasado y con el presente, que busca significados ocultos y también ocultar los significados al espectador, en una suerte de ritual que comienza desde la primera visita a la cueva hasta el punto final en el que esta sacerdotisa coge un cuchillo y rasga el cuadro con una fuerza tan intensa como controlada.
No pretende contarnos qué hay en las cuevas. No quiere mostrarnos lo que se dibujaba en el paleolítico, ni invitarnos a realizar una ruta turística por las cavernas. En realidad la artista no pretende más que practicar ese juego enfurecido que es el hecho artístico, dejarse llevar alrededor de un lienzo, meterse dentro y al tiempo distanciarse para luego arrojarle pigmentos que lo degraden, volver a acercarse a pocos milímetros para trazar una línea que en la distancia será casi imperceptible pero que tendrá el mismo significado oculto que un esquemático trazo en la pared que revive a un bisonte herido.
El resultado final de este viaje de Vanessa García, tanto geográfico como histórico, tanto estético como ético, es una colección, "Orígenes", llena de la fuerza de los elementos que la inspiraron y que la conformaron, el agua, la piedra, la sangre utilizada para decorar las cuevas y hasta la violencia utilizada por la artista en los compases finales de cada composición.
Una obra originaria que nos muestra no sólo a la artista Vanessa García sino que nos desvela nuestro pasado, y lo logra a través de la experimentación y el estudio de técnicas y procedimientos, un viaje al origen para comenzar de nuevo a recorrer el camino del presente.
-
Volver a los orígenes es en muchas ocasiones la mejor forma de empezar, de buscar no ya un nuevo camino sino la mejor forma de recorrer el que tenemos delante. Sentarse un momento en soledad, pararse a pensar, rememorar y buscar dentro de uno mismo las respuestas a sus propias preguntas, es el inicio de una andadura que no tiene garantizado el éxito pero sí el esfuerzo.
Es lo que ha hecho la artista ovetense Vanessa García, SSagar, retrotraerse a lo que hacía hace
unos años, a sus primeros pasos como pintora, a aquellos tiempos en que el espectador que se
ponía frente a su obra veía algo de iniciático. SSagar vuelve a pintar lo mismo que hace unos añospero de forma distinta. Ha acumulado la experiencia, lo bueno y lo malo que ha vivido en ese
tiempo, para hacer su particular regreso al pasado. Pero no es sólo un viaje personal y estético, esalgo mucho más universal. La artista ovetense ha decidido volver a los orígenes, a los suyos y a losde la pintura, a aquellas pinceladas de sus inicios pero también a los trazos primigenios de lapintura, a los que nuestros ancestros dejaron en las cuevas y los abrigos rocosos de las riberas de losríos.
En su nueva colección, que no podía llamarse de otra manera que “Orígenes”, ha utilizado las
pinturas prehistóricas para expresarse. No es una réplica, ni siquiera una reinterpretación de
bisontes, caballos, elefantes heridos o figuras antropomórficas. Tampoco es un homenaje a aquellosartistas prehistóricos ni un intento por desvelar la magia de sus pinturas. Es pura pulsión, necesidadde expresión que encuentra sentido en las cuevas del Pindal, de Tito Bustillo, de La Lluera… Más espiración que inspiración.
DAVID ORIHUELA.
en Facebook esta exposición | comparte en Twitter esta exposición | Como llegar |
|
TODAS LAS EXPOSICIONES DE ESTE ESPACIO
|